sábado, 30 de enero de 2010

No quiero escribirte

Pero la luna está tan hermosa hoy, que es imposible contenerse...




No quiero escribirte
ningún otro poema de amor;
ni tampoco cartas,
ni mensajes al vacío;

ni historias en las que
la última palabra
nos coloque a los dos
en el mismo camino.

No quiero esperanzas,
por lo menos no contigo.
No quiero ilusiones
que acaben en el olvido,

ni tampoco una canción.
No quiero que mires,
ni escuches, este silencio
guardado en un suspiro.

Al final sólo resulta
que da igual querer o no;
la última en hablar
no serás tú, será el destino.

Mas no quiero escribirte ya
ningún otro poema de amor,
porque el amor de verdad
es imposible escribirlo.


Manuel Alejandro Cruz
(Lección de vida número 1: Cuando no sepas que hacer, no hagas nada.)

martes, 19 de enero de 2010

Aprender a querer

Lo siento, tengo cansado el corazón...

"Las lecciones de cosas siempre han sido románticas
-posiblemente porque interpretamos
los detalles al pie de la letra
y el conjunto en sentido figurado."
(Jaime Gil de Biedma)


Aprender a querer es,
primero, aprender a odiar;
es descubrir que el amor
tiene en verdad muchos nombres.
Es aprender a perdonar,
pero sobre todo, a olvidar.

Aprender a querer es
aprender a reír y a llorar;
es encontrar el reflejo
adecuado dónde los ojos se vean.
Es aprender a contar,
pero sobre todo, a esperar.

Aprender a querer es
aprender a abrir y a cerrar;
es jugar a ser dioses
buscando así la gloria eterna.
Es aprender a sumar,
pero sobre todo, a igualar.

Aprender a querer es,
ante todo, aprender a vivir
y dejar de soñar.

Manuel Alejandro Cruz

(La espectacular foto le fue hurtada a Sarah De Sousa una noche de Enero)

martes, 12 de enero de 2010

Cuantos Dupines y cuantos Segismundos

Para Ana Beatriz:

"Y, como todo en el mundo se encadena y se confunde,
en el fondo los tiranos son todos el mismo déspota..."
(La Leyenda de los Siglos. Victor Hugo)


Cuantos Dupines y cuantos Segismundos,
con cada amanecer, inertes perecen;
unos deseando ser siempre astutos,
y otros soñando del Rey la suerte.

El camino, de por sí oscuro,
tiende además a oscurecerse;
y la única luz que marca un rumbo,
está tan tapada que no puede verse.

Ante esta realidad se vislumbran dos mundos,
que, como luz y oscuridad, juntos se mantienen;
en uno están los sentimientos y los difuntos,
y en el otro los vivos almacenando bienes.

Separándolos se yergue un débil muro,
tan impotente que es imperceptible a veces;
no impide que entre ellos se escupan insultos,
ni inconscientes se corrompan mutuamente.

Para el hombre, dualismo inmundo,
que tiene en la mujer el vientre,
el que el sueño infantil y burdo
se convierta en realidad, no lo entiende.

Y mientras la luna, en su silencio mudo,
alumbra los dos mundos sin tener que moverse,
los humanos, siempre entre Dupines y Segismundos,
vagan sin saber a que mundo pertenecen.

Manuel Alejandro Cruz

(Fue una mala idea leer "The Murders in the Rue Morgue" y "La vida es sueño" a la vez.)