
De una flor marchita,
de un ave sin canto,
de una estrella que no brilla
en la inmensidad del espacio;
De su voz, su sonrisa,
de su mirarte, le has mirado;
y así, buscando por la vida,
se va encontrando.
Pero el amor no invita
ni pregunta si es de tu agrado;
cuando menos se espera, un día,
aparece a tu lado.
Y si es o no una lotería,
no es el tema, en todo caso;
sino, que de quien menos creías
te terminas enamorando.
El amor implacable te mira
y tu te le quedas mirando,
¿quién sabe de la agonía
si nunca en la vida ha amado?
Y de aquella flor marchita,
que el tiempo fue marchitando,
sin que tu lo decidas,
pronto te habrás olvidado.
muy profundo..
ResponderEliminarme encanta este blog!
Un Besooo!
Gracias!! me alegra que te guste! =P
ResponderEliminarEl olvido.. una vez alguien me dijo que uno no olvidaba si lo decidia; pero quien quita que si eso sea verdad, lo de que el tiempo marchita aquel amor sin darnos cuenta ni decidamoslo asi, sea hasta mejor...
ResponderEliminarEl tiempo destruye todo, es su naturaleza. Pero a la vez que destruye, nos va entregando nuevas cosas; a la vez que nos mata, nos va entregando nueva vida.
ResponderEliminarNo, no lo destruye todo, también tiene que ver mucho con nosotros mismos. Aquellos casos en que el tiempo no asesina sentimientos y éstos duran, a veces, hasta siempre; casos complejos y en nuestros dias hasta un poco extraños, pero no imposibles.
ResponderEliminar